Análisis de “La Pradera” de Bradbury
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Este cuento pertenece a la obra El hombre Ilustrado:
Escrito en 1951.
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El nexo que relaciona a todos los cuentos de esta obra
son los tatuajes del primer personaje que aparece, el hombre ilustrado.
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La obra en sí se caracteriza más como colección de
narraciones breves que como novela propiamente dicha.
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En el prólogo se narra el encuentro del narrador con
un hombre todo tatuado de modo que cada tatuaje que tiene en su piel narra una
historia, tiene 18 ilustraciones que equivalen a 18 cuentos.
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Las historias presentan, entre otras cosas, una cierta
perspectiva pesimista sobre la infancia, hay una maldad oculta debajo de la
inocente apariencia infantil.
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La obra se abre con un prólogo donde se narra el
encuentro con este desconocido y se cierra con un epílogo donde se cierra la
narración de ese encuentro.
La Pradera: Análisis:
Título:
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Pradera: Lugar aparentemente inocente y placentero. Llanura, planicie, sin grandes accidentes
geográficos.
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Simbólico: ya que representa
la conciencia salvaje y destructiva de los niños. Y Emblemático, ya que adelanta sobre lo qué va a tratar.
Temas:
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El parricidio como resultado
final del enfrentamiento generacional padres / hijos.
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El deseo de regresar a una vida natural contra la
tecnología deshumanizada.
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La familia depende enteramente de la tecnología de la
casa.
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La alienación del
ser humano, esclavo de la tecnología, pierde su esencia y sus instintos.
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La alienación: Proceso mediante el cual el individuo o una colectividad
transforman su conciencia hasta hacerla contradictoria con lo que debía
esperarse de su condición.
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El capitalismo y las relaciones de producción llevaron
al hombre a convertirse en una máquina de producción, perdiendo parte de su
identidad.
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El consumismo de la sociedad actual que está en
continua competencia para tener algo mejor que lo que tiene el otro o para
estar al día.
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La incomunicación y la desintegración familiar. Y con esto, el
aislamiento y la frialdad cada vez mayor en las relaciones humanas.
Estructura:
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1) Preocupación de la madre
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2) Preocupación de ambos padres
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3) Decisión de cerrar la casa:
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4) Diálogo del padre con el psiquiatra
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5) Muerte de los padres: Primer final
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6) Desenlace en anticlímax: Segundo final.
Momento 1:
- Comienzo abrupto, ya encontramos a los personajes en medio de una
conversación.
- Comienza mediante un diálogo sin verbo introductorio que va a cumplir
diferentes funciones:
1) Transición entre el
prólogo y el cuento fluido.
2) Despierta la
extrañeza en el lector.
3) Da la impresión de
que el narrador (y nosotros con él) encontrará la acción empezada en un momento
cualquiera de su desarrollo, en una conversación aparentemente cotidiana.
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En el lector se despierta la extrañeza al encontrarse
en medio de una conversación cotidiana, de la que no sabe nada.
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Van a aparecer cinco personajes: dos, los conocemos de
forma directa (George y Lydia) y tres de forma indirecta o referida: los niños
y el psiquiatra.
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El personaje de George aparece referido por la mujer,
con el apelativo (- George, me
gustaría...).
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Lo que nos dice cómo está compuesta la familia es el
hecho de que el narrador nos adelanta que: “La
cocina estaba preparando una cena para cuatro”.
La acción:
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Se desarrolla en la cocina, en la noche, ya que la
cocina preparaba la cena.
Diálogo:
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El tema del diálogo de estos padres es el cuarto de
los niños.
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Este diálogo refleja una preocupación con respecto a
esta habitación. Todavía no sabemos por qué, ya que encontramos al diálogo por
la mitad. Esto despierta la curiosidad y la expectativa en el lector.
“George, me gustaría que
miraras el cuarto de los niños...”
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El cuarto remite a lo familiar, doméstico, limitado y
dominable.
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El calificativo (de
los niños) le agrega calidez e inocencia.
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El diálogo sigue con intervenciones breves y rápidas
que le dan más agilidad.
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Lo que hace de ese problema algo anormal es la
inclusión del psiquiatra.
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Cuando la mujer nombra al psiquiatra, podemos pensar
que es para los niños.
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Enseguida George en su pregunta, nos aclara para quién
es el especialista: “¿Qué puede hacer un
psiquiatra en el cuarto de los niños?”
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La respuesta que da la mujer es elíptica, hace
referencia a un tema ya planteado fuera del cuento, y sentimos que nos estamos
perdiendo algo.
Narrador:
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Omnisciente ya que sabe todo lo que sucede, pero
cuenta solo lo necesario y a veces cambia de perspectiva para ver a través de
los personajes.
“La mujer se detuvo en medio
de la cocina”
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Aparece una concepción machista donde se ve
culturalmente a la mujer en el centro de su elemento. El artefacto que se
menciona es la estufa, un elemento cotidiano.
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Este elemento
se convierte inmediatamente en algo anormal cuando leemos que: “Se cantaba a sí misma preparando una cena
para cuatro...”
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Es la primera señal que nos advierte que en esta casa
las cosas no son como parecen ser.
La mujer no manda
en esta cocina, solo mira, mientras la estufa se “canta”.
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El ser humano está excluido de esta cocina, lo que nos
da un tipo de clima que no es hogareño, sino que es frío, se siente una
“frialdad tecnológica” donde no hay sentimientos.
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Si esta estufa es fuera de lo normal, nos preguntamos (¿Qué tan fuera de lo normal
es este cuarto?)
“Algo ha cambiado en el cuarto
de los niños”
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Lydia al fin empieza a hablar claro, para nosotros. Se
menciona por segunda vez el cuarto de los niños, lo que va haciendo que el
lector vaya centrando su atención en ese lugar.
“Bueno, vamos a ver.”
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Las respuestas de George son condescendientes, un poco
indiferente.
La casa:
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Aparece la casa como protagonista: “La casa de la vida feliz”. Bradbury
maneja la ironía a través de los nombres.
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Según Cirlot: Representa lo
femenino, es una mujer. Casa como vivienda, produce una identificación como la
unión casa – cuerpo y pensamiento humano o vida humana.
Según el psicoanálisis:
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Casa: en los sueños, nos
servimos de la imagen de la casa para representar los niveles de la psique (por
eso el cuarto representa el inconsciente violento de los niños).
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El sótano corresponde al
inconsciente y los instintos (los padres descienden las escaleras para ir al cuarto). Esto le da un tono infernal.
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La cocina como lugar donde
se transforman los alimentos, puede significar el lugar o el momento de una
transformación psíquica (la conversación sobre el cuarto se da en la cocina)
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La escalera es el medio de
unión de los diversos planos psíquicos, su significado depende de que se vea en
sentido ascendente o descendente (como en el caso de los padres) descienden al
mundo de los instintos primarios.
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“la vida feliz” equivale a 30 mil
dólares. La felicidad es igual a dinero. Una crítica a los valores familiares
que se basan en lo material.
Descripción de la casa:
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Lo que se destaca es su valor económico y el hecho de
que no entra ningún ruido exterior (aislamiento total con la realidad o la vida
social).
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“los vestía, los
alimentaba, los acunaba de noche...” A través del polisíndeton (repetición de la
y) se destaca una acumulación de tareas maternas donde, de nuevo, vemos que el
humano queda segregado.
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Los seres humanos parecen niños dependientes de la
casa. Esta está humanizada y es omnipresente, lo que la convierte en otro
personaje.
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En la segunda parte de la descripción de la casa,
vemos que esta les sigue los pasos prendiendo las luces adelante y apagando las
que dejan atrás.
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Lo que nos hace
pensar que la casa los vigila constantemente como una madre sobre protectora.
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Esto se da a través de los adverbios (automáticamente
y suavemente) se da su omnipresencia.
El cuarto:
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Sugiere comodidad y aislamiento.
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Este cuarto de los niños es parecido a la holocubierta
de Star Trek, donde se reproduce tridimencionalmente y con masa, lo que se
seleccione e incluso se puede interactuar con los hologramas.
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Se produce un gran corte, ya que venimos de un
ambiente familiar altamente tecnificado y de pronto:
“La pareja se detuvo en un
piso cubierto de hierbas...”
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Es el primer detalle que se destaca, y nos hace salir
de lo doméstico y nos introduce en lo agreste, en un ámbito salvaje.
“el cuarto medía doce metros
de ancho, por doce de largo, por diez de alto... Pero nada es demasiado para los niños”:
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Las dimensiones del cuarto son exageradas.
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Al igual que con la casa, se destaca su valor
económico. El cuarto por sí solo cuesta lo mismo que la casa.
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Esto señala a un tipo de padres consentidores, de los
que les dan todo lo que quieren sin importar lo que gasten. Porque creen que
van a estar bien cuanto más tengan. Una nueva crítica a una sociedad cada vez
más consumista.
“Pero nada es demasiado para los
niños”
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Es el enunciado que sintetiza la filosofía de estos
padres, que irónicamente vamos a ver que no tiene correspondencia con los
niños.
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Estos padres buscan la felicidad de los niños a través
de las cosas materiales y no a través del amor.
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No se destaca el mundo infantil, sino el material, el
de los adultos.
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Así que este mundo infantil, a través del apego al
dinero y lo material, pierde toda inocencia. Se convierte en un mundo adulto
vivido por niños.
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Así que podemos esperar que estos niños sean como
adultos que han perdido toda inocencia
infantil.
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Estos niños, con estas características, los vuelven
tan anormales como el cuarto o la cocina.
“El cuarto de muros
desnudos... un sol amarillo y ardiente... – Alejémonos de este sol...”
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Dadas las características del cuarto, suponemos que la
mente de los que habitan en este será introvertida, cerrada, inexpresiva y
fría.
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Nos imaginaríamos las paredes del cuarto de unos
niños, con póster, dibujos, estantes con juguetes. Pero por el contrario, este
cuarto de niños tiene “muros desnudos”
lo que lo asimila más al mundo adulto. Algo a destacar, no dice paredes, dice
“muros”, lo que marca aún más el aislamiento.
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En este caso esta separación se va a dar entre estos
padres y estos hijos.
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Uno de los elementos que se resalta y que caracteriza
tanto al cuarto como a la casa es el silencio:
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“estaba en
silencio, desierto como el claro de una selva bajo la alta luz del sol”.
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Señala la falta de interacción, incomunicación y
aislamiento, puede ser también falsa tranquilidad.
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A este silencio se lo compara con el claro de una
selva bajo la alta luz del sol.
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A esa hora del día un claro selvático está en silencio
porque los animales que cazan no lo hacen a esa hora, para no perder su energía
por el calor. En cambio, lo que hacen es acechar a su presa hasta que baje un
poco más el sol. Lo que ya nos muestra un lugar con una amenaza oculta. Este
silencio marca una falsa tranquilidad.
“Alrededor de las figuras
erguidas de George y Lydia Hadley, las paredes ronronearon, dulcemente...”
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Recién ahora, nos enteramos del nombre de la madre:
Lydia.
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El apellido: Hadley, viene de Had, tener. Son los que
tienen todo
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Veníamos siendo guiados en el texto por imágenes
visuales (diferencia entre imagen: leído
en el texto y sensación: percibido por los sentidos).
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Ahora pasamos a imágenes auditivas, con lo que se
rompe al fin el silencio de esta casa.
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Los animales que ronronean son los felinos, y lo hacen
cuando están contentos o satisfechos.
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Con el adverbio “dulcemente”
nos produce una sensación tranquilizadora y confortable. Lo que da alguna forma
hace que los padres bajen la guardia.
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Las paredes parecen reconocerlos y “saludarlos”
felinamente como lo haría un gato.
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“Ronronear” sugiere lo felino, es la
anticipación de los leones. Así que, antes de que aparezcan estos, ya los
percibimos a través de los sonidos.
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Los leones: Según
Carl Jung, discípulo de Freud, también estudió el inconsciente, dice que, como
animal salvaje, es indicio de las pasiones latentes y puede aparecer como signo
del peligro de ser devorado por el inconsciente.
“... dejaron ver unas claras
lejanías y apareció una pradera africana en tres dimensiones, una pradera
completa...”
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Razón por la que el narrador se centra en estos
detalles es el de retardar la aparición de los leones.
“Y sobre George y Lydia, el
cielo raso se convirtió en un cielo muy azul...”
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Hace un momento estábamos hablando sobre una casa y un
cuarto y de golpe estos padres están en África, sin embargo, esto no los
sorprende.
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Esta es una de las pistas que debemos tomar en cuenta
a la hora de ver si este es un cuento fantástico o extraordinario. Los personajes
ven como natural y explicable un hecho que al lector lo sorprende. Así que lo
inscribimos dentro de lo extraordinario.
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El pasar de un lugar controlado, cerrado y seguro,
pasamos a uno abierto, natural y salvaje. Esto puede ser una advertencia para
el lector diciéndole que esté atento porque algo va a pasar.
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Los colores: aparece un cielo muy azul y un sol amarillo y ardiente. El cuantificativo (muy) y el segundo adjetivo
(ardiente) colocan a estos elementos como algo agresivo y fuerte, hostil.
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Este clima produce molestia, el hecho que nos indica
esto, es que George empieza a sudar.
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La respuesta del padre es inmediata, casi instintiva:
alejarse del sol. Parece que inconscientemente registró las señales de peligro
y pensamos que ya se dio cuenta.
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Pero, continuando fiel a su actitud, le resta
importancia: “Pero no veo nada malo”
y continúa sin comprender la preocupación de Lydia.
“De los odorófonos ocultos
salió un viento oloroso que bañó a George y Lydia...”
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Odorófonos, es un neologismo inventado por Bradbury.
El cuarto cuenta con distintos dispositivos para dar la sensación de realidad
de lo que reproduce.
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No solo está la proyección holográfica, sino que
además tiene aparatos que destilan olores de acuerdo a esa proyección, la
temperatura acorde al paisaje, viento, luz, todo lo necesario para una
experiencia verdadera.
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Habíamos empezado con imágenes auditivas, luego
visuales y ahora pasamos a imágenes olfativas. Vemos como de a poco la casa va
atacando todos los sentidos de estos
padres: vista, oído, olfato, tacto (calor).
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No solo eso, también están rodeados por lo que
proyecta el cuarto: con el sol quemando desde arriba, a sus pies, la hierba
calcinada, y por todos lados el viento oloroso. Así que se encuentran rodeados
y atacados en todos los sentidos e indefensos.
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Esto nos indica que hay un peligro latente que todavía
no se deja ver. La descripción del narrador va creciendo a medida que nos
acercamos a la aparición de los leones, de a poco nos va mostrando todos los
peligros que comenzaron a rodear a los padres.
“El olor de las plantas
selváticas, el olor verde y fresco...”
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La pradera está relacionada con lo femenino y materno,
donde florece la vida vegetal no dominada ni cultivada.
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Dada la asimilación del principio femenino y el
inconsciente, Jung, afirma que los terrores de la selva o el bosque, simbolizan
el aspecto peligroso del inconsciente, y violento.
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Por eso la elección de la selva, es el reflejo del
inconsciente violento y destructor de los niños. También, dado la relación con
lo materno, los niños reproducen aquello que les falta, una figura materna
fuerte que los contenga.
“el olor verde y fresco
de los charcos ocultos...”
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Aparecen los tres sentidos unidos en una sola imagen:
olor, vista y tacto. Unidos en lo que es una sinestesia (une imágenes de distintos sentidos en una sola).
“el olor intenso y acre
de los animales...”
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Acre es áspero y picante al gusto y al olfato, es
decir, es un olor fuerte y penetrante, un elemento más que hiere los sentidos
de estos personajes.
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Por primera vez se nombra a los animales.
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Esta parte de la descripción se prolonga en puntos
suspensivos dándole paso a la descripción basada en el oído: “Y luego los sonidos...”
“el golpear de los cascos de
lejanos antílopes en el suelo de hierbas...”
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Aparece un sonido delicado ya que el suelo de hierbas
puede apagar o suavizar el sonido de los cascos.
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De este sonido delicado pasamos de golpe a:
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“las alas de los
buitres, como papeles crujientes”
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La comparación sirve para destacar que es un sonido
totalmente desagradable, que desentona con toda esa tranquilidad planteada.
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Y es la primera aparición de un animal carroñero y
violento. Este sonido anuncia la llegada de los buitres, podemos deducir que el
ronroneo anuncia la llegada de los leones.
Los buitres:
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Animales que se los vinculan a la muerte.
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Los egipcios creían que el buitre por nutrirse de
cadáveres, tiene relación con la madre naturaleza (vida y muerte).
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En la
India, el buitre aparece como símbolo de las fuerzas
espirituales protectoras, que sustituyen a los padres. Los buitres sobre George
y Lydia son una señal de que van a ser sustituidos.
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De nuevo la
descripción queda en puntos suspensivos y los buitres se convierten en:
“Una sombra que atravesó el
cielo”
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Sombra que podemos relacionar con la sombra de la
muerte que se cierne sobre ellos.
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De alguna forma, el cuarto lo está marcando y nos está
adelantando lo que le puede pasar. Como en las películas, cuando lo buitres
vuelan sobre el protagonista en el desierto, indicando que están esperando que
se muera para comerlo.
“- ¡Qué animales
desagradables!- oyó que decía su mujer”
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El diálogo entre los padres, resume todo lo que la
descripción venía siguiendo. Con esta expresión se confirma la llegada de los
buitres.
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La mujer es la que de nuevo observa y descubre: “- Mira, allá están los leones...”
Ahora, las criaturas se nombran por primera vez.
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La descripción del ambiente y de la pradera fue
armando todo el escenario, el contexto, para la primera aparición de los
leones.
Se los va a describir a través
de tres enunciados cortos:
1) Allá están los
leones.
2) Van en busca de
agua.
3) Acaban de comer.
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Estos enunciados cortos agilizan el ritmo y nos van
llevando a un momento de tensión.
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Lo tranquilizador aparece al final de la intervención
de Lydia: “no sé qué”. Al no
identificar qué comieron, nos está indicando que los leones todavía están
lejos.
“Los leones se acercaban...”
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El narrador ya nos anuncia la marcha de los leones,
pero, como si esto no significara nada, se centra en George y su gusto por la
tecnología:
“... Y George Hadley volvió a
admirar el genio mecánico que había concebido...”
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El narrador omnisciente, se posiciona en George, toma
su punto de vista para saber de qué manera admira toda esa tecnología.
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George le presta atención más a la tecnología, dejando
de lado la cautela, bajando la guardia.
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Toda esta descripción funciona como retardo para que,
cuando volvamos a los leones, nos sorprendamos de lo cerca que están:
“Y aquí estaban los leones
ahora, a una media docena de pasos...”
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De pronto, los encontramos a un salto de George y
Lydia.
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La acción nunca se detuvo, solo que dejamos de verla.
De los leones se nos da la
siguiente descripción:
1) Tan febril y
asombrosamente reales.
2) La boca se
llenaba del olor a cortinas polvorientas
de las tibias melenas.
3) El color amarillo de
las pieles, era como el amarillo de un delicado tapiz de Francia.
4) Ese amarillo se
confundía con el amarillo de los pastos.
5) Se oía el sonido de
los pulmones de fieltro.
6) De las fauces
anhelantes y húmedas salía un olor a carne fresca.
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A los leones, se los compara con objetos inanimados; a
pesar de lo reales que se ven: cortinas
polvorientas, tapiz de Francia, pulmones de fieltro (aquí se los asocia con
muñecos de peluche).
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En medio, el narrador nos dice que su color se
confundía con el de los pastos. Ahí tenemos el aviso de lo peligroso que son.
“George se rió y Lydia se echó
a llorar.”
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Esto resume las dos posturas de cada uno. George
todavía no es consciente del peligro por el que pasaron.
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Luego de un
gesto condescendiente e irónico de George: Lydia,
mi pobre y querida Lydia.
“Tienes que decirles a Wendy y
Peter que no lean más sobre África.”
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El nombre de los niños nos remite a los de los cuentos
de Disney, lo que les da una característica inocente y juguetona, pero, al
igual que los leones, el peligro está acechando sin dejarse ver.
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Ahora entendemos esa cosa extraña que pasa en la
habitación de los niños. La lectura de África aparece como una obsesión que se
repite en la mente de los niños y que se refleja en el cuarto.
“Será difícil, a causa de
Peter. Ya sabes. Cuando lo castigué hace un mes y cerré el cuarto unas horas,
tuvo unas pataletas. Y lo mismo con Wendy. Viven para el cuarto.”
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Primera característica de los niños: sus mentes están
obsesionadas
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Estos niños son unos mal criados.
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Algo alarmante, que muestra a los niños como adictos,
es la última frase del padre: Viven para
el cuarto.
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Y cuando se les cierra el cuarto, reaccionan como
adictos, violentamente, al ver que ya no tienen aquello que consumen.
“Me sobra tiempo y me pongo a
pensar.”
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Esto es la única tarea que realiza Lydia.
-
Se siente inútil y desplazada
“¿Quieres freírme tú misma
unos huevos?... ¿Y remendarme unos calcetines?... ¿Y barrer la casa?”
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Con ironía, George le enumera algunas de las tareas
del hogar, para indicarle a Lydia que hacer eso ella misma sería una
barbaridad.
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La tendencia de George por la tecnología lo empuja a
convertirse en esclavo la tecnología
“Pero yo creía que habíamos
comprado esta casa para no hacer nada.”
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George tenía fabricada en su mente una falsa utopía
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Es un adicto al confort, al consumismo.
“Nada es mío aquí. Esta casa
es una esposa, una madre y una niñera.”
-
Es enemiga del confort, del consumismo
-
Se siente relegada en todas las actividades que puede
desempeñar por ella
-
Esto la lleva a la siguiente pregunta:
“¿Puedo bañar a los niños con
la misma rapidez y eficacia que la bañera automática?”
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Lydia demuestra una total falta de afecto en una
actividad donde se crea un contacto entre el hijo y la madre, todo esto se
sacrifica ante la velocidad y efectividad.
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Lo que plantea la madre es una autocrítica la cual
también va a caer sobre George:
“Desde hace un tiempo estás
terriblemente nervioso.”
“Fumas un poco más cada
mañana, y bebes un poco más cada tarde, y necesitas más sedantes cada noche.
Comienzas tú también a sentirte inútil.”
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Cada uno tiene formas distintas de reaccionar ante el
ocio: Lydia pasa el tiempo pensando, George comienza a consumir cada vez más
cosas que lo destruyen (alcohol, tabaco
y drogas).
“¿Te parece?” AQUÍ SE PRODUCE UN QUIEBRE EN LA
MENTE DE GEORGE. MARCA LA EVOLUCIÓN DEL PERSONAJE. Sería
la primera etapa de la Anagnórisis
-
La crítica de Lydia produce un quiebre en la mente de
George, por primera vez tiene dudas. Por eso la introspección que describe el
narrador:
“George pensó un momento,
tratando de ver dentro de sí mismo.”
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George trata de ver en qué puede estar equivocado. Es
la primera vez, aunque sea indirectamente, que le da la razón a Lydia.
Momento 2:
“Comieron solos. Wendy y
Peter... Habían televisado para decir que llegarían tarde, que empezaran a
comer.”
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Vemos la desunión familiar ya que la cena no la
comparten en grupo, como familia.
“La ilusión tenía una falla...”
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Vemos cómo se invierten las imágenes, lo que es real:
Lydia en la cocina comiendo, se transforma en un cuadro que está fuera de lugar
colgado en la pradera, y la pradera es la que se toma como real.
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Tomando en cuenta la forma de vida de esta familia, la
que verdaderamente parece viva es esta pradera.
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La aparición de los
niños
“Los Hadley volvieron la
cabeza...”
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Al igual que hicieron con los leones, pero el narrador
se encarga de atenuar ese momento
mostrando una imagen infantil e inocente de los niños:
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“con las mejillas
como caramelos de menta, los ojos como brillantes bolitas de ágata.” Podemos pensar en
la frase “el lobo con piel de cordero”.
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Es una inocencia que esconde un peligro mortal y una
mente fría y calculadora, carente de sentimientos.
“Comimos muchas salchichas y
helados... dijeron los niños tomándose de la mano-. Pero miraremos cómo coméis.”
-
Vemos a los niños como adultos ya desde el momento que
avisaron que llegaban tarde.
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Ahora, les
indican a sus padres que empiecen a comer, y el hecho de que los van a mirar
comer, ponen a los niños en la posición de adultos que cuidan a niños.
-
Un detalle que puede
parecer sin importancia es el hecho de que se toman de la mano, esto nos está
indicando una especie de simbiosis (unión biológica entre el huésped y el
anfitrión) en este caso una unión entre estos hermanos que se entienden sin
mediar palabra.
“No hay África en el cuarto...
No me acuerdo de ninguna
África- le dijo Peter a Wendy- ¿Te acuerdas tú?”
-
Peter se desentiende del tema y busca la complicidad
de Wendy a través de la pregunta y de la mirada.
-
Estos hermanos funcionan como una unidad
“No, Peter. Ven conmigo.”
-
Antes de que el padre pueda tomar rumbo a la
habitación para demostrarle a Peter que tiene razón, aparece Wendy cortándole
el camino para evitar que vaya.
“No es África...
Iremos a verlo.
Había allí un hermoso bosque
verde...”
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Aquí se nos confirma lo que había dicho Lydia
anteriormente, la capacidad de estos niños de alterar la tecnología a su
antojo.
-
La casa solo le responde a los niños
-
Ante la impotencia de George por no poder explicar lo
sucedido y ver que los niños le ganaron solo se le ocurre una orden: “Vamos, a la cama”
-
“Se inclinó en el lugar donde
habían estado los leones y alzó algo del suelo.”
“Una vieja valija mía... La
valija tenía aún el olor de los pastos calientes... sobre ella se veían algunas
gotas de saliva, y a los lados, unas manchas de sangre.”
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Los niños están entrenando a estos leones para que
ataquen un olor específico, el de George
-
El encuentro de la valija provoca la preocupación de
George, que ahora sí, está preocupado al igual que Lydia.
-
La saliva, que pertenece a los leones, no desapareció
con el resto del holograma, lo que podemos suponer que la casa tiene la
capacidad de convertir en reales algunas representaciones.
“No sé nada... Solo sé que
estoy arrepentido de haberles comprado el cuarto. Si los niños son unos
neuróticos, un cuarto semejante...”
-
El George de antes, que admiraba la tecnología,
desapareció, ahora vemos un hombre totalmente cambiado, preocupado
-
Detalle importante: los niños ya tenía alguna especie
de neurosis
“Hemos satisfecho todos sus
gustos. ¿Es esta nuestra recompensa?
-
Posición materialista, se olvidaron del afecto y de
los lazos familiares
“¿Quién dijo alguna vez “Los
niños son como las alfombras, hay que sacudirlos de cuando en cuando”?
Nunca les levantamos la mano.... Tenemos que reconocerlo. Van y vienen a
su antojo. Nos tratan como si nosotros fuéramos los chicos. Están
echados a perder, y lo mismo nosotros.”
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Fragmento más importante de todo el cuento.
-
Es el momento de la ANAGNÓRISIS
(el reconocimiento de los errores) por parte de los padres.
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Señala:
a)
Nunca impusieron su autoridad y por lo visto tampoco
saben cómo hacerlo
b)
El refrán que
cita Lydia compara a los niños con alfombras como en su momento, el narrador
comparó a los leones con: cortinas polvorientas y un delicado tapiz de Francia.
Inconscientemente Lydia puede estar poniendo a los niños al mismo nivel que los
leones, en cuanto a que también los considera una amenaza.
c)
Reconocen que hacen lo que quieren.
d)
Se dan cuenta de que los papeles están invertidos.
Ellos se sienten tratados como niños
e)
Reconocen que tanta tecnología y tanta comodidad los
echó a perder. Se volvieron ociosos
“... desde que les prohibiste
tomar el cohete a Nueva York.”
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Tenemos el motivo que desencadenó todo este
comportamiento obsesivo en los niños y el por qué pueden estar reproduciendo el
asesinato del padre.
Momento 3:
“No quiero que cierres el cuarto
– dijo Peter fríamente-. Nunca”
Dos cosas se destacan:
a)
A pesar de que es un niño, se planta firme ante el
padre y su falta de autoridad, negándola de plano.
b)
El narrador destaca la forma de responder: “fríamente”, aquel carácter inocente que
se destacaba al llegar los niños y la actitud de no saber lo que sucedía,
cambia totalmente y lo vemos firme y marcando una distancia con el padre.
“- ¿Vas a cerrar pronto la
casa?
- Estamos pensándolo.
-
¡Será mejor que no lo pienses más, papá!”
- De nuevo, las palabras de Peter
no se corresponden con las de un niño de su edad, por el contrario, son
amenazantes y frías.
- Hasta ahora no se ha demostrado
ningún sentimiento de los niños hacia sus padres.
Momento 4:
-
En este momento aparece el psiquiatra David
Mc. Clean.
-
Bradbury juega con el nombre de este personaje ya que
“clean” en inglés es “limpio”, de alguna forma este personaje está “limpio” en
comparación con esta familia que está contaminada por tanta tecnología y por
otro lado, es un personaje que viene del exterior, así que también está limpio
con respecto a lo que pasa en la casa.
“En este caso, sin embargo, en
vez de actuar como una válvula de escape, el cuarto ha encauzado el pensamiento
destructor de los niños.”
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Lo que ya había dicho Lydia desde el principio, ahora
lo tenemos en la voz de un especialista, de nuevo, lo que hace Bradbury es
oficializar lo que Lydia pensaba.
“Solo noté que consentías demasiado
a tus hijos. Y parece que ahora te opones a ellos de alguna manera.”
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El doctor tiene una visión clara de lo que pasa.
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Le hace resaltar dos errores: el consentirlos y ahora
que su imagen de autoridad ya no existe, trata de ponerles límites.
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Ante el castigo de George de cerrarles el cuarto, el
doctor dice un discurso en el que se resume todo el cuento, y con el que
podemos trazar paralelismos con lo dicho por Lydia.
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“Todo. Santa Claus
se ha convertido en un verdugo. Los niños prefieren a S.C. Permitiste que este
cuarto y esta casa os reemplazaran, a ti y tu mujer, en el cariño de vuestro
hijos. Este cuarto es ahora para ellos padre y madre a la vez, mucho más
importante que sus verdaderos padres. Y ahora pretendes prohibirles la entrada.
No es raro que haya odio aquí. Puedes sentir cómo baja del cielo. Siente ese
sol. George, tienes que cambiar de vida. Has edificado la tuya, como tantos
otros, alrededor de algunas comodidades mecánicas. Si algo le ocurriera a la
cocina, te morirías de hambre. No sabes ni cómo cascar un huevo.”
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Primero: señala que el
padre, al consentirlos demasiado, se ha transformado en la figura que trae
regalos. Al castigarlos, esa figura se convirtió en maligna
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Segundo: señala lo dicho por
Lydia: “Esta casa es una esposa, una madre
y una niñera.” Lo que hace el doctor es agregar que esta sustitución los
convirtió en algo secundario. “Permitiste
que este cuarto y esta casa os reemplazaran.”
-
Tercero: “Y ahora pretendes prohibirles la entrada”:
Lo que demuestra es el intento en vano por tratar de poner límites
-
Cuarto: “Puedes sentir cómo baja del cielo. Siente
ese sol.” El sol resume todo el
odio, el peligro y la amenaza de esa pradera.
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Quinto: “Has edificado la tuya, como tantos otros,
alrededor de algunas comodidades mecánicas.” Esta frase la podemos comparar
con lo que dijo George anteriormente:
“Pero yo creía que habíamos comprado esta casa para no hacer nada.” Ese
ocio en el que cayeron ahora el doctor les señala que les costó caro.
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Sexto: “Si algo le ocurriera a la cocina, te morirías
de hambre. No sabes ni cómo cascar un huevo” Muy fácilmente podemos
compararlo con lo que le pregunta George a Lydia: “¿Quieres freírme tú misma unos huevos?... ¿Y remendarme unos
calcetines?... ¿Y barrer la casa?”
“Al cuarto no le va a gustar que
lo paren, me parece. A nadie le gusta morir, ni siquiera a un cuarto...”
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Aquí se personifica al cuarto.
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La
característica humana que se le da es el instinto de supervivencia.
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Tanto George como Mc. Clean saben que la reacción del
cuarto no va a ser buena y asocian el apagar al cuarto como una forma de
eutanasia, de alguna forma creen que el apagarlo lo mataría.
“Se inclinó y alzó del suelo
una bufanda manchada de sangre.”
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La bufanda pertenece a Lydia y se nos revela el hecho
de que, efectivamente, los niños estaban entrenando a los leones con el olor de
sus padres.
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Por eso, primero encontró su maleta y ahora la bufanda
de su esposa.
“Entraron juntos en la casilla
de los fusibles y movieron el interruptor que mataba el cuarto.”
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No solo los personajes personifican al cuarto, también
el narrador le da características humanas.
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De alguna manera, el narrador se siente comprometido
con la situación de los personajes y comparte con ellos la misma forma de ver
al cuarto.
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Ya no es la visión objetiva que presentaba el narrador
desde el principio.
Momento 5:
“George- dijo Lydia...-
enciéndeles el cuarto, aunque solo sea un momento. No puedes ser tan rudo.”
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La falta de capacidad para poner límites que tienen
esto padres se deja ver en sus propias contradicciones.
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Estos tipos de contradicciones y falta de firmeza
provocan que los niños les pierdan el
respeto a sus padres.
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Tal vez Lydia está tratando de ser la buena madre que
nunca fue.
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Ahora es Lydia la que quiere mantener la habitación
abierta, mientras que es George el que la quiere cerrar: “Hoy mismo terminamos con esta casa maldita... ¡Dios mío, cómo
necesitamos respirar un poco de aire sano!”
“Nos hemos pasado los días
contemplándonos el ombligo, un ombligo mecánico y electrónico.”
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El ombligo, el lugar por donde se alimenta el no
nacido, se convierte en una máquina.
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Así que este enunciado no solo asemeja a esta familia
con una máquina, sino también con un no nacido alimentado por la casa.
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Algo que vimos desde el principio cuando la cocina
hacía la comida para la familia
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Complementando la personificación que hicieron
anteriormente del cuarto George y el psiquiatra, el narrador agrega que: “La casa se llenó de cadáveres. Parecía
un silencioso cementerio mecánico.”
“¡Te odio!”
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Por primera vez Peter descubre sus verdaderos
sentimientos hacia su padre
“Bueno... Aunque solo sea para
que se callen.”
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Ninguno de los dos padres se muestra firme en sus
decisiones ante sus hijos, lo que provoca en estos una confusión y una pérdida
del respeto.
“¡Papá, papá, papá!”
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A los niños se los muestra nuevamente inocentes. Peter
y Wendy se alegran, no porque el padre accede, sino porque pueden llevar a cabo
su plan.
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El toque de inocencia se lo da el narrador al
describirlos con: “las caras húmedas”:
nadie sospecharía de unos niños que acaban de llorar.
“... mientras George...
comenzaba a vestirse con sus propias manos.”
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Es el primer paso para la separación entre humano y
máquina.
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De alguna forma, George, al vestirse por sus propios
medios, está cortando el cordón umbilical con la casa. George ha nacido, o
renacido a la vida humana.
“¿Qué nos llevó a comprar toda
esta pesadilla?”
“El orgullo, el dinero, la
ligereza.”
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Es curioso ver cómo todo lo que les está pasando se
explica por el camino religioso.
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George, ahora reniega de todo esto, y como un pecador,
se dirige a Dios buscando respuestas.
-
Las respuestas
se las da Lydia que en los tres sustantivos que enumera se condensan tres de
los pecados capitales: orgullo, codicia,
pereza.
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El orgullo, por pretender
tener la mejor casa posible y sentirse superior por eso.
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La codicia por querer comprar toda la
tecnología disponible.
-
Y la pereza,
por comprar aparatos que hacen todo por ellos.
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Así que de alguna forma, estos padres van a ser
asesinados por sus pecados.
“¡Papá, mamá! ¡Venid
pronto!...”
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Los niños ya tuvieron suficiente práctica como para
poder poner ya la trampa
“En la selva solo se veía a
los leones, expectantes, con los ojos fijos en George y Lydia.”
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Los leones también tuvieron su práctica, ya conocen el
olor de sus víctimas, ya saben cómo matarlas, solo resta esperar el primer
movimiento de estos padres para poder actuar, por eso están “expectantes”.
“El señor George Hadley y su
señora...”
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Es la primera vez que el narrador utiliza un estilo
formal para referirse a estos personajes, esto provoca un distanciamiento con
el lector y evita que este comparta el mismo destino que ellos.
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Con esto el narrador también toma distancia con
respecto de los personajes, borrando toda familiaridad para que el final de
estos personajes no sea tan chocante.
“El señor Hadley y su mujer se
miraron.”
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En el intento de aumentar la distancia entre los
personajes y el narrador, este ya no nombra al padre por su nombre, ahora solo
por su apellido.
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Lo que está borrando ahora es la familiaridad
alcanzada al nombrar a los personajes por sus nombres.
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Esta despersonalización que pretende lograr el
narrador va en aumento y va a desembocar simplemente en: “El señor y la señora Hadley gritaron”.
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Desembocamos en una relación totalmente despersonalizada,
donde vemos a los personajes de una manera fría, para que el impacto de su
muerte no sea tan chocante.
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De una forma dramática termina este choque
generacional, una crítica hacia una sociedad americana de post guerra que se
convirtió en consumista y ociosa.
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La pérdida de la esencia humana provocada por el
exceso de comodidades.
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A modo de anticlímax, luego del asesinato de los
padres, aparece el psiquiatra en lo que sería el último momento de la
estructura.
Momento 6:
“Wendy y Peter estaban
sentados en el claro de la selva, comiendo una comida fría.”
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Es imposible no asociarlos con los leones, incluso
tienen la misma actitud cuando se presenta la siguiente presa: Mc Clean: “Los niños alzaron las cabezas y sonrieron”
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Podemos suponer que estaban comiendo agazapados como
fieras y al entrar este personaje, se pusieron en alerta.
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Las reacciones de Mc Clean hacen acordar a las
realizadas inconscientemente por George: “...
empezó a transpirar.” “Se puso la mano sobre los ojos y observó atentamente a
los leones.”
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Si las reacciones son iguales a las de George, nada
evita que pensemos que su final no será el mismo.
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Incluso las amenazas están en el mismo orden en que se
presentaron al entrar George al cuarto: “Arriba
brillaba el sol.” “Los leones terminaron de comer. Se acercaron al agua. Una
sombra pasó sobre el rostro sudoroso del señor Mc Clean.” “Los buitres
descendían desde el cielo luminoso.”
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De nuevo nos encontramos con las mismas simbologías, y
culminamos con los buitres como símbolo de la sustitución.
“¿Una taza de té? – preguntó
Wendy en medio del silencio.”
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Esta oferta de Wendy la podemos tomar de una forma
irónica que prepara a Mc Clean para su final.
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El silencio lo podemos tomar como símbolo de la muerte
que está expectante, esperando a que el doctor baje la guardia.